Investigación de la Escuela de Arqueología sobre enfermedades en el NOA

En el marco de la Beca de Estímulo a las Vocaciones Científicas (EVC- CIN), Daiana Amaya, quien es estudiante avanzada de la carrera en Licenciatura en Arqueología de la Escuela de Arqueología de la UNCA (EDA-UNCA), se encuentra abocada a la investigación bioantropología en el Valle Central de Catamarca;

EDUCACION 29/11/2022 Redacción

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Se encuentra abocada a la investigación bioantropología en el Valle Central de Catamarca; buscando dilucidar las diferentes patologías o en enfermedades en relación a la dieta que podrían haber afectado a las sociedades prehispánicas.

La investigación en curso denominada “Análisis y descripción Bioarqueológico de dietas y paleopatologías en poblaciones del primer milenio en el Valle Central de Catamarca”; permitió detectar indicios de padecimientos y secuelas asignables a posibles traumas post poliomielíticos.

Las patologías son diagnosticadas, observadas en las modificaciones o deformaciones que producen en los huesos y en sus formas naturales. Teniendo en cuenta esto, los indicadores observados en los individuos son coincidentes con las secuelas del trastorno post polio no paralítica. Se han registrado diversidad de deformaciones óseas para esta enfermedad que afecta extremidades, además de presencia de escoliosis, adelgazamiento óseo y hasta acortamiento en la extremidad afectada. 

Un hallazgo sin lugar a dudas importante, ya que en nuestro país el registro más antiguo se remonta a la epidemia de poliomielitis que azoto Buenos Aires en 1936, y que fuera precedida por un brote en Santa Fe durante 1933-35, causando el fallecimiento de 7 de cada 100 pacientes afectados.

Amaya, al referirse a la enfermedad, aclara que esta es exclusivamente humana “sus secuelas de parálisis se encuentran documentadas en el antiguo Egipto, pero su ingreso como enfermedad descrita y diagnosticable se remonta a mediados del siglo XIX. En 1840 el ortopedista alemán Jakof Heine (1800-1879) la reconoció y describió. Posteriormente, el pediatra sueco Karl Oscar Medin (1847-1927) hizo notar su potencial epidémico”. 

Altamente infecciosa, causada por un virus que invade el sistema nervioso y puede provocar parálisis permanente (aproximadamente en uno de cada 200 casos) o muerte (2%-10% de los casos de parálisis). Esta patología afecta a infantes entre el primer año y los cinco años de vida; y se transmite principalmente por vía fecal-oral o, con menos frecuencia, a través de un vehículo común (por ejemplo, agua o alimentos contaminados). “Los casos analizados corresponden a los restos óseos de dos mujeres de origen prehispánico con un ajuar y enterratorio característicos y similares a los registrados para la Cultura Aguada, cuya presencia en el área tiene dataciones entre el 200-1200 dC.; revelando la presencia más antigua de esta enfermedad en  nuestro territorio”.

La investigación de Amaya se encuentra inmersa en el Proyecto I+D Arqueología y Patrimonio: Dinámicas Sociales en Torno a la Valoración del Paisaje en La Región Centro y departamento Pomán de la provincia de Catamarca. Esta aproximación, ha otorgado información de suma importancia a las investigaciones realizadas en la zona, por lo cual, queda realizar nuevas expediciones y ampliar la muestra a fin de definir si fueron casos aislados o si podemos definir un contexto epidémico, concluyó.

En las últimas décadas el GEA (Grupo de Estudios Arqueológicos) ha generado un gran cúmulo de información sobre los modos de vida de las poblaciones que habitaron esta región desde antes de la llegada de los españoles (ca. 2000 años AP); y que se hallan reflejados en un conjunto de evidencias entre las que se destacan materiales cerámicos, líticos, y restos de plantas y animales que formaban parte de la dieta de las antiguas sociedades. 

Uno de los aspectos poco tratados, son las enfermedades que han acompañado al hombre desde que el mismo camina por esta tierra; modificando no tan solo su alimentación, sino su comportamiento y la manera de buscar alivio a los males que los aquejan. Entre las innumerables evidencias, que ellas dejan; los restos esqueletarios son tal vez la mejor manera de poder comprender algunos de las dolencias que agobiaban a las personas en el pasado.

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