Abismos y puentes

Por Ceferino Namuncura (°)

POLITICA 15/09/2022 Juan Carlos Ledesma Juan Carlos Ledesma

La guardia pretoriana de los intereses de hoy ya no son los militares, alcanza con la Justicia: la “causa Vialidad” es el pináculo del camino rastrero del Poder Judicial. Pero este Via Crucis comenzó con Vicentín, transitó por las dádivas frente a las tarifas de las empresas de comunicaciones (léase Clarín), continuó por las indefiniciones-definiciones frente a las partidas para subsidiar a la CABA, hasta llegar a lo sustentado por el fiscal Luciani, quien, desconociendo la voluntad popular expresada en las urnas, fundamenta su denuncia en un eje demencial: la formación de una asociación ilícita expresamente para asumir un gobierno.

“Cristina, entre la bala que no salió y el fallo que sí saldrá”: no es una frase ficcionada de Francis Ford Coppola, es el mensaje mafioso de un comunicador, el eco manifiesto de una línea editorial, la esencia tenebrosa del Grupo Clarín. No busquemos subterfugios: detrás de un titulado hay un alma, corrompida pero un alma de todas maneras, desbocada, impune y premonitoria, obvio, con las cartas marcadas por ellos mismos. Sangran todavía por la ley de Medios, sangran frente a la decisión soberana sobre las comunicaciones integradoras en inclusivas que planteo Cristina, sangran por un imaginario colectivo que no han podido destruir.

“Son ellos o nosotros”, aseveró Ricardo López Murphy; ya lo sé, me dirán “un político secundario”. Aun así, Murphy corporiza la escoria de la política junto a Milei y otrxs. Su pensamiento simboliza no solo anacronismo sino el espíritu indeclinable de “aniquilar” al peronismo. Nada hay de semántico en sus expresiones; resumen indubitablemente una cuestión de principios: la dialéctica del horror y del despropósito.

Cerremos el círculo, entonces, sin caer en la trampa que está siempre tendida. Hace días la sociedad se vio bombardeada por la “marginalidad” del ataque a Cristina, del intento llano de asesinato; resulta llamativo el “silencio” abrumador de los comunicadores, cuando no el mensaje perturbador en sotto voce y, quizás, el único cierre que no queremos, el de la impunidad. Los marginales de ayer y quizá los de hoy tienen una misma raíz: los que son y no quieren que seamos.

Cada vez que Cristina habla, cada vez que se expresa, cada vez que inscribe un pensamiento crea un abismo y tiende un puente. La verdadera grieta no es ideológica. En el abismo entre lo esclarecido de una militante y lo burdo de la antipolítica, el verdadero puente es la construcción incansable de todo peronista para que este país no sea de “nosotros o ellos” sino con todos.

(°) Dirigente Peronista y ex Interventor de la Comisión Nacional de Comunicaciones

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