Profesión perpetua de dos laicas consagradas

El sábado 4 de marzo, realizaron la profesión perpetua las Hnas. Ana María Bravo Lencina y Beatriz Inés Toledo Sierralta, pertenecientes al Instituto de Vida Consagrada Amigos y Amigas en el Señor Jesús, basado en la espiritualidad ignaciana renovada, abrazando un estilo de vida semicontemplativa.

RELIGIÓN 07/03/2023 Redacción

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La ceremonia litúrgica fue presidida por el obispo diocesano, Mons. Luis Urbanč, y concelebrada por el párroco, presbítero Héctor Miguel Moreno, con la presencia de la Superiora General Hna. Lilian Tapia Donoso. La misma tuvo lugar en la comunidad Nuestra Señora del Valle, de La Higuera, departamento Paclín, jurisdicción de la parroquia Nuestra Señora del Rosario.

Integrantes del Instituto y fieles de la comunidad parroquial de Paclín y de otros lugares participaron con mucha alegría de esta consagración definitiva al Señor de Ana María y Beatriz Inés.

En parte de su homilía, Mons. Urbanč manifestó que en “esta hermosa celebración, Ana María y Beatriz Inés van a realizar los votos perpetuos consagrándose totalmente a Jesús. Han hecho un camino de discernimiento y se dieron cuenta de que Jesús es todo en sus vidas” y “decidieron dejar todo para servirlo”.

En este sentido dijo que “hay personas que se esmeran y profundizan con la oración, el estudio y la meditación, este conocimiento, esta intimidad con Jesús, y lo empiezan a vivir acá en la tierra mostrándonos para dónde se orienta la vida”.

“Nos van ayudando a que todos podamos llegar al Cielo, por eso es un regalo de Dios para toda la comunidad”, continuó, agregando que “son como un pararrayos en la comunidad, porque la Iglesia está bendecida por estas hermanas que rezan” y “como se apoyan mucho en el Señor tendrán siempre una esperanza alegre, verdadera, no estarán angustiadas frente al dolor, la enfermedad y las dificultades”.

Al dirigirse a las hermanas, expresó: “Les tenemos que agradecer mucho a ustedes que han aceptado este desafío de querer estar más con Jesús, para que nosotros también podamos estar con Jesús”.

Durante la celebración eucarística, Ana María y Beatriz Inés realizaron su profesión de consagración definitiva a Dios ante la presencia del Obispo, la Superiora del Instituto y de toda la asamblea congregada en torno al altar. 
Los miembros de los Institutos de Vida Consagrada son mujeres y varones católicos, solteros o viudos, que son llamados interiormente por Dios a buscar una vida de caridad perfecta a través de la consagración por voto privado de castidad vivido en el celibato, eligiendo un amor preferencial por Dios y por su gloria, al servicio de su Reino.

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