Celebran el 1° aniversario de la reapertura de la Gruta de Nuestra Señora del Valle

En la tarde del lunes 15 de abril, se celebró la Santa Misa en acción de gracias por el primer aniversario de la reapertura de la Gruta de la Virgen del Valle, luego de las remodelaciones realizadas en el lugar, acontecimiento ocurrido el 14 de abril del año pasado.

La Eucaristía fue presidida por el padre Julio Quiroga del Pino, párroco de San Francisco de Asís en Andalgalá, y concelebrada por el padre Santiago Granillo, rector del Santuario; el padre Tomás Barbero, vicario parroquial en Andalgalá, y el padre Juan Flores, sacerdote de Trenque Lauquen, Diócesis de 9 de Julio.

Participaron fieles devotos y peregrinos y personas que sirven en este lugar de encuentro con la Madre bendita, quienes colaboraron durante las jornadas previas para la celebración del Septenario por los 133 años de la Coronación Pontificia de la Sagrada Imagen, y la atención de los hermanos peregrinos que llegaron a venerarla.

Durante la celebración eucarística fue presentado el grupo de pequeños servidores de la Virgen denominados "Servidorcitos", las nuevas semillas de esperanza que enriquecerán aún más este lugar sagrado donde hace más de 400 años fue hallada la imagen bendita de la Inmaculada del Valle. En Bautista y Jeremías fueron bendecidos todos los niños que formarán parte de este grupo de niños servidores que harán su experiencia de solidaridad a los pies de María Santísima.

Desde el Santuario de la Gruta dieron “gracias a Dios por este lugar santo, que ha sido remodelado y embellecido para que Nuestra Señora del Valle reciba a todos sus hijos peregrinos, que llegan con sus pedidos y agradecimientos al encuentro de Jesús y su Bienaventurada Madre, María Santísima del Valle”.

También agradecieron “por cada peregrino, por todos los que colaboraron para que haya sido posible la obra en honor a nuestra amada Morenita y los que colaboran con el sostenimiento de la misión evangelizadora del Santuario. También por cada servidor que ofrece su tiempo, su corazón y parte de su vida, para servirle a la Reina del Cielo, buscando que cada hijo suyo sea recibido con amor y en un clima de fraternidad cristiana”.