“El estilo de cercanía sinodal es el que quiere Dios para hacer realidad su Reino de amor”

Participaron de la Eucaristía todos los presbíteros de la diócesis, quienes renovaron sus promesas sacerdotales, y el Obispo bendijo los óleos santos.

RELIGIÓN 05/04/2023 Redacción

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En la noche del Martes Santo, 4 de abril, el obispo diocesano, Mons. Luis Urbanč, presidió la Misa Crismal a los pies de la Madre del Valle, que fue concelebrada por todos los presbíteros de la Diócesis de Catamarca, quienes durante la mañana participaron de la Jornada Sacerdotal, en un clima fraterno y de reflexión preparándose para vivir las celebraciones de la Semana Santa.

La ceremonia litúrgica, que fue transmitida a través de las redes sociales, reunió a una gran cantidad de fieles que colmaron la catedral Basílica y Santuario mariano, para participar de esta Eucaristía en la que el obispo bendijo los santos óleos y los sacerdotes renovaron las promesas del día de su ordenación.

En su homilía, Mons. Urbanč resaltó la importancia de esta Eucaristía “para la vida de los sacerdotes y de toda la comunidad eclesial, pues vinimos a agradecer al Señor que quiso perpetuar su condición de Único y Eterno Sacerdote con todos los bautizados de dos maneras: el sacerdocio común con todos los fieles y el sacerdocio ministerial con algunos varones elegidos de en medio de su pueblo real, profético y sacerdotal”. 

“Y también para impetrar al Señor de la vida y la historia que no sólo nos regale los nuevos óleos, sino que infunda en ellos especiales gracias para que nos ayuden a ser la Iglesia sinodal que Él siempre quiso, y que así se debe manifestar hasta el fin de los tiempos. Que estos óleos nos fortalezcan en la misión encomendada”, expresó.

Luego reflexionó ante la asamblea dirigiéndose de manera especial a los sacerdotes. “Hablaré, en clave sinodal -dijo-, de cuatro actitudes que dan solidez a la persona del ministro ordenado y son columnas de la vida ministerial. El Papa Francisco las denominó cercanías porque siguen el estilo de Dios, que siempre es cercano: cercanía con el Señor, cercanía con el obispo, cercanía entre los sacerdotes y cercanía con el pueblo. Estas cuatro proximidades es bueno que despierten en nosotros una profunda acción de gracias al Señor, porque siempre se muestra cercano a nosotros y nos enseña cómo ser cercanos desde el estilo de su cercanía, cuya máxima expresión la encontramos en el Hijo de Dios encarnado”. 

En esta línea, afirmó que “también nosotros estamos llamados a encarnarnos, y hemos sido ungidos y enviados, como hombres cercanos, artesanos de comunión, que promueven la fraternidad sacramental convencidos de que no es una utopía; hombres cercanos que promueven la pertenencia de los bautizados a la comunidad cristiana, sin rivalidades ni exclusiones, y por tanto hombres convencidos de una Iglesia sinodal que procura la participación de laicos y consagrados y que tratan a todos con el estilo de proximidad y acogida de Jesús, siempre dispuestos a sanar y perdonar, sin dejarse llevar por prejuicios, rutinas y desganos”. 

Y continuó: “Hombres con pasión misionera, abierta y dialogante, cercanos a la gente de estos tiempos, configurados con Jesús, samaritano de la humanidad, para anunciar en medio de las llagas del mundo la fuerza renovadora de la resurrección, unidos en la oración con la Virgen del Valle para que quienes hemos recibido esta vocación nos dejemos visitar por el Señor en la oración, en los hermanos de presbiterio y en todos los demás miembros del pueblo santo y fiel de Dios cultivando estas 4 cercanías”. 

Asimismo, enfatizó: “Cuán importante es volver de continuo ‘al amor primero’ para mantener vivo el ardor misionero, siendo cercanos al Señor, al obispo, a los hermanos de ordenación y al pueblo confiado en cada rincón de la Diócesis, cada rincón es una joya de gran valor porque cada persona, cada bautizado, es una joya de incalculable valor, preciosa a los ojos de Dios y a los nuestros. Estemos seguros de que el estilo de cercanía sinodal es el que quiere Dios para hacer realidad su Reino de amor, justicia, verdad, fraternidad, santidad, comunión y paz”.

Luego de desarrollar cada una de las cuatro cercanías, invitó a consagrarle a la Virgen del Valle “nuestros propósitos, el estilo sinodal de cercanía y nuestras vidas sacerdotales” con la oración.

Consagración del Santo Crisma y bendición de los Óleos

La celebración eucarística continuó con la renovación de las Promesas Sacerdotales por parte de todos los presbíteros; dando paso al rito de consagración del Santo Crisma y la bendición de los nuevos óleos con los que serán ungidos los catecúmenos, los nuevos bautizados y los enfermos, que luego fueron entregados a los presbíteros para la administración de los sacramentos en sus respectivas comunidades.

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