A los pies de la Virgen del Valle, asumió el nuevo equipo responsable de la Vicaría de Educación

“Que el Divino Maestro nos ayude a tener cuanto antes una remozada Ley de Educación de Gestión Privada”, manifestó Mons. Urbanč.

RELIGIÓN 03/12/2022 Redacción

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Durante la noche del viernes 2 de diciembre, cuarto día del novenario en honor de la Pura y Limpia Concepción del Valle, le rindió su homenaje el ámbito de la Educación estatal, privado y municipal, docentes en actividad y jubilados, Docentes Jubilados Autoconvocados, gremios docentes, Vicaría Diocesana de Educación, Pastoral de la Educación y el Centro Educativo y Cultural Diocesano Virgen del Valle (Ceculd).

Durante la celebración, el obispo diocesano, Mons. Luis Urbanč, puso en funciones al nuevo equipo responsable de la Vicaría de Educación, cuyo decreto de designación se leyó al comienzo de la ceremonia litúrgica.
En el inicio de su homilía Mons. Urbanč saludó a los alumbrantes de esta Misa y luego señaló que “el tema propuesto para reflexionar en esta jornada parece sacado del ámbito educativo: «Amar y servir, nuestra vocación en la Iglesia»”.

Después puso de relieve “la prolífica tarea que se lleva a cabo en la Vicaría Episcopal de Educación, en el ámbito de la Educación Pública de Gestión Privada. En el tiempo de pandemia tuvo un accionar muy importante de coordinación y animación por lo desafiante de la inédita situación que dejó muchos aprendizajes, que, dicho sea de paso, habrá que seguir afianzando. La realidad es siempre cambiante y ello exige estar a la altura de las circunstancias con creatividad, laboriosidad y paciencia”.

Luego destacó la obra de transformación del Seminario en el Centro Cultural Diocesano Nuestra Señora del Valle, en conexión con la Universidad Católica de Salta. “Por todo esto y por la abnegada tarea de cada día, realizada con fe, esperanza y amor de muchas personas, debemos dar gracias a Dios y a la Virgen; a la vez que suplicar sigan asistiéndonos para no claudicar en la noble tarea evangelizadora que lleva a cabo la Iglesia a través de las instituciones educativas. Sin dejar de agradecer que el Estado provincial nos permite y posibilita hacerlo, colaborando con los aportes para cubrir gran parte de los sueldos del personal docente”, expresó el obispo.

Seguidamente instó: “Roguemos, de un modo especial al Divino Maestro, Jesús, que nos ayude a poder tener cuanto antes una remozada Ley de Educación de Gestión Privada que facilite el correcto y aceitado funcionamiento de este 20% de servicio educativo a la Provincia. Se ha trabajado mucho en ello, logrando grandes consensos, pero a la hora de las concreciones, aparecen trabas que demoran y demoran arribar a buen puerto”.

Más adelante, en relación con el pasaje del Evangelio proclamado sobre la curación de Jesús a dos ciegos, animó a todos a prestar atención a una virtud que surge de la esperanza: la perseverancia, como la de esos hombres que siguieron al Señor hasta alcanzarlo. “En un mundo de atajos y gratificaciones instantáneas -dijo- abrazar la perseverancia puede ser un acto difícil. La gente se rinde fácilmente ante sus proyectos, ante los demás e incluso ante Dios. Basta con echar un vistazo a nuestro alrededor para ver con qué facilidad la gente abandona sus sueños, lamentablemente. El tipo de mundo nuevo del que habla Isaías en la primera lectura no se produce de forma automática; hace falta mucha perseverancia para soñar esos sueños de Dios y seguir trabajando sin descanso para realizarlos”.

Cerrando su prédica, imploró la ayuda de la Virgen del Valle para “que seamos hombres y mujeres apasionados por la educación; que cuides a la nueva gestión al frente de la Vicaría y el CeCulD; que jamás perdamos de vista que debemos ser luz para los demás…”, concluyendo con esta petición: “¡Madre querida! ¡Que no nos cansemos! Que seamos firmes, decididos y siempre sonrientes, con los ojos fijos en el prójimo y en sus necesidades, para socorrerlos, y con los ojos del alma fijos en el Corazón de Jesús que está en el Sagrario, para que ocupemos nuestro puesto, el que a cada uno nos ha señalado Dios. ¡”.

Juramento de fidelidad 

Seguidamente, el nuevo equipo responsable de la Vicaría de Educación, integrado por el diácono Sergio Colósimo, la Mgter. Ana María Brunás, el Lic. Luis Herrera y el CPN Manuel Luna Clarasó, hizo su profesión de fe y luego el obispo les tomó el juramento de fidelidad.

Hacia el final de la celebración, el padre Oscar Tapia, quien se desempeñó como Vicario de Educación y Director General de Centro Educativo y Cultural Diocesano Virgen del Valle, expresó su gratitud indicando que “al finalizar un quinquenio de gestión hemos deseado con el señor obispo, como lo hemos comenzado acá, el 1 de diciembre de 2017, culminarlo a los pies de Nuestra Madre del Valle”.

Agradeció “a la milenaria Iglesia, que es Madre y Maestra”, y “a la Iglesia de Catamarca en la persona de la Virgen del Valle, del Beato Mamerto Esquiú y del Vicario Segura, que pertenecen a la historia de Catamarca y de la Argentina del siglo XIX”. También destacó que “en estos 9 años he estado al frente del Ceculd en el Seminario, que es un edificio del siglo XIX y uno convive mucho con la historia”. Dijo que “con la Beatificación del Padre Esquiú he pensado en el siglo XIX, que es un siglo fundante para la Patria”, poniendo de relieve la figura del Vicario Segura, “quien realizó esta Catedral, el Seminario, y que era fundamental con la alianza con Caravati y el padre Esquiú”. Consideró que “esas figuras nos han ayudado a entender qué nos ha pasado en el siglo XIX… nos han iluminado”.

Manifestó su gratitud “al señor obispo de quien siempre he tenido el apoyo constante, incondicional y perseverante, a cualquier hora, en cualquier momento, siempre estuvo atento conmigo y con el equipo; a mis hermanos sacerdotes que trabajan en los colegios, a los laicos y religiosos con quienes vamos constituyendo un equipo”.

Asimismo, hizo mención de las Líneas Diocesanas de Educación y un documento de la Dra. Ana Verna que “son -dijo- una plasmación en escrito de un trabajo consensuado de cómo podemos caminar este siglo XXI, que lo vamos transitando mucha esperanza”.

“Mi deseo, mi augurio, es que podamos trabajar con el espíritu de la Iglesia que nos pide sinodalidad, caminar juntos, y colegialidad en la gestión”.
Finalmente, señaló que “estoy muy contento de haber servido a Nuestra Madre en estos cinco años con todos ustedes, y también contento y en paz por la nueva misión en la Sagrada Familia de Nazareth, será como decía Pablo VI, volver a una situación de más silencio, más reflexión, servir en los sacramentos; etapas de la vida siempre tratándolas de vivir en el Señor y con obediencia a la Iglesia”. 

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