El feriado extra largo le dio tiempo al gobierno en el frente cambiario. El último día habil el Banco Central consagró el mayor volúmen de venta de dólares de la era Milei en plena temporada alta de liquidación de exportaciones. Por eso el que no descansó fue Toto Caputo, que estuvo trabajando durante todo el fin de semana. Según trascendidos estudia medidas para el arranque de una semana caliente.
Según las proyecciones del Ministerio de Economía, la entidad que dirige Santiago Bausilli debería estar comprando para fines de junio unos USD 300 millones diarios, pero el último día hábil, el pasado miércoles tuvo que desprenderse de USD 156 millones.
Con estos números, la mira esta puesta en la reacción del mercado. De la lectura del Staff Level Agreement que publicó el FMI el lunes pasado salta a la vista que hay dos modelos económicos en pugna: el del gobierno y el del organismo.
Se trata de regimenes cuyos pilares fundamentos difieren diametralmente. El FMI pidió explícitamente un sistema de flotación administrada del tipo de cambio, clásico de las economías liberales latinoamericanas, que lejos de eliminar al BCRA, este cumple un rol indispensable. Asimismo, en este esquema la política monetaria tiene como objetivo fortalecer la moneda local, en sentido opuesto a la dolarización. Esta discusión de fondo tiene su eco en el debate sobre el ritmo adecuado de suba del tipo de cambio, la tasa de interes y la evolución de los precios.
Como sea, los canales de financiamiento, de ingreso de divisas, son apenas dos. La vía comercial o la toma de deuda. El financiamiento externo requiere tiempos que Caputo no tiene. Resta seducir al campo para incentivar la liquidación de exportaciones.
Los exportadores tienen en su poder granos sin vender por el equivalente de USD 13.970 millones. Lo alarmante es que en mayo ingresaron USD 2.612 millones, una caída de USD 1.600 millones respecto a los USD 4.212 millones ingresados en igual mes del 2023, un 38% menos que durante la sequía.
Una de las ideas en danza es eliminar la normativa impuesta por el Banco Central durante la gestión de Alberto Fernández por la cual se penaliza con una sobretasa del 20% en los créditos a los productores que tengan en su poder más de un 5% de la producción de soja o trigo. Esta penalización venció a fines del año pasado pero para sorpresa de muchos, el actual gobierno del presidente Javier Milei decidió prorrogarla por otros seis meses más.
Otra de las zanahorias es la continuidad del "dolar blend" que vence a fin de mes, este mix de tipo de cambio, compuesto por 80% a la cotización oficial y 20% al contado con liquidación (CCL).
Que el gobierno decida prorrogar la vigencia de este tipo de cambio diferencial para el complejo agroexportador, es un desafío abierto a las recomendaciones del FMI. El organismo subrayó en el último staff level agreement que las autoridades "siguen comprometidas con suprimir todos los múltiples tipos de cambio y las restricciones cambiarias, empezando por las medidas más distorsionadoras, incluida la eliminación del régimen de exportaciones preferenciales 80:20".
No bien dada a conocer la publicación del informe del Fondo, el secretario de Finanzas Pablo Quirno reposteó en X una publicación del ministro de Economía, Luis Caputo, donde sostenía un par de días atras que "ante los infundados rumores aclaramos con Santiago Bausili, que en caso de que se apruebe la Ley Bases, la baja del impuesto país no viene asociada a ninguna devaluación. Tampoco se tocará el 80/20 actual ni el crawling peg de 2%".
La pregunta es sobre el disciplinamiento del gobierno nacional al manual del organismo multilateral de crédito. "Asegurar que no se va tocar el blend no dice nada sobre si se prorroga o no. Al momento lo único concreto es que sigue vigente sin alteraciones hasta el 30 de junio tal como estaba previsto", consideró una fuente que visita habitualmente al ministro de Economía.