Un hombre manoseó a la presidenta de México en plena calle mientras saludaba a ciudadanos

INTERNACIONALES05/11/2025Redacción Primeras líneasRedacción Primeras líneas
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La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, fue víctima de un incidente de acoso el martes, mientras saludaba a un grupo de ciudadanos en una calle del centro histórico de la Ciudad de México, a escasos metros del Palacio Nacional. Un hombre, aparentemente bajo los efectos del alcohol, se le acercó por detrás y la tocó sin su consentimiento, antes de que un funcionario interviniera para alejarlo.

El hecho, que quedó registrado en video y difundido en redes sociales, generó gran repercusión en todo el país. En las imágenes se observa cómo la mandataria conversa con un grupo de personas cuando el hombre se aproxima, vulnerando el pequeño círculo de seguridad que la rodeaba. Tras el contacto, Sheinbaum mantuvo la calma y respondió con serenidad: "Nos tomamos la foto, no te preocupes", intentando restarle dramatismo a la situación

Sin embargo, el episodio volvió a poner bajo la lupa el bajo nivel de custodia que acompaña a la presidenta durante sus recorridos públicos. La Agencia Associated Press (AP) consultó a la oficina de prensa de la Presidencia por una reacción oficial, pero hasta el momento no hubo declaraciones.

Desde su llegada al poder, Sheinbaum ha mantenido un estilo de contacto directo con la población, replicando la cercanía y austeridad de su antecesor, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien gobernó entre 2018 y 2024. Ambos comparten la decisión de reducir la seguridad personal y rechazar el uso de medios de transporte o residencias oficiales que consideraban excesivos.

AMLO, por ejemplo, eliminó la tradicional estructura de seguridad presidencial —compuesta por decenas de escoltas y vehículos— argumentando que "el que lucha por la justicia no tiene nada que temer". Durante su mandato también renunció a vivir en la residencia de Los Pinos y vendió el avión presidencial en 2023 al gobierno de Tayikistán, tras varios años de intentos frustrados por desprenderse del costoso símbolo del poder.

Sheinbaum, que viaja habitualmente en vuelos comerciales y suele caminar entre la gente sin grandes medidas de resguardo, continuó esa línea de austeridad institucional. Vive actualmente en el antiguo Palacio Nacional, la misma sede en la que residió su antecesor, y ha insistido en que su forma de ejercer la presidencia busca mantener proximidad con el pueblo

No obstante, el incidente del martes encendió las alarmas sobre la necesidad de revisar los protocolos de seguridad presidencial. En redes sociales, cientos de usuarios expresaron su preocupación y cuestionaron la falta de resguardo ante situaciones que podrían tener consecuencias más graves.

Mientras tanto, el hecho reabre el debate entre la austeridad republicana y la seguridad institucional: hasta qué punto es posible mantener la cercanía con la gente sin poner en riesgo la integridad del presidente o presidenta. El caso de Sheinbaum muestra los límites de esa delgada línea entre la confianza y la vulnerabilidad que atraviesa la política mexicana contemporánea.

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